miércoles, 21 de julio de 2010

Celos Naturales


Llegó mi pequeña de León, un fin de semana que pudimos disfrutar de su compañía en este julio abrasador, para luego, más tarde, volverse a ir un par de semanas más con los abuelos a aquellas tierras y a la espera de que lleguen nuestras vacaciones para poder disfrutar toda la familia junta.
A mi pequeñaja se la puede ver enseguida que disfruta hablando y sintiendose escuchada, igualmente le gusta escuchar por lo que es una gran conversadora.
Según llego nos conto una historia extraordinaria que les quiso regalar la naturaleza de la noche leonesa. Contó como estaba con su abuelo en el patio de casa, jugando a “nosequé”, cuando oyeron un fuerte golpe encima de sus cabezas para, de inmediato, ver como una joven e inexperta lechuza blanca se estrellaba contra el suelo, a sus pies. Reconocía mi pequeña como en ese momento se asustó un poco, incluso llegó a pegar un brinco que la levantó de la silla de madera en la que estaba sentada. Pasado el susto, el abuelo y ella, recogieron a la aturdida lechuza del suelo. – Pobrecita – decía mientras la acariciaba la cabeza.
Estuvieron durante un rato acariciándola y animándola, tocando su precioso plumaje blanco y haciéndola fotos para poder retratar el momento. Más tarde, el abuelo la cogió del pecho, suave, y la lanzó al aire con la suficiente fuerza para que el animal pudiera agitar sus alas y volar, ya reestablecida del golpe.
Mi niña contaba la historia ilusionada, sintiendose orgullosa del final, de haber podido ayudar a la lechuza. Hablaba de sus grandes ojos amarillos y de como venció el miedo inicial para, de la forma que solo lo sabe hacer un niño, disfrutar de la experiencia.
Yo, mientras, la escuchaba igual de orgulloso. Con una mezcla de ilusión contagiada y celos… Si, celos.
Me gustó mucho la experiencia vivida, como mi niña había aprendido de una forma totalmente improvisada a respetar a la naturaleza, a querer ayudar a la lechuza a levantar el vuelo en lugar de querer quedarse con su belleza para siempre, quizás enjaulada… Sentí celos por no haber podido disfrutar a su lado de la aventura que me contaba, de no salir en esas fotos, de no haber estado durante este aprendizaje que recordará, seguro, durante toda su vida.

miércoles, 7 de julio de 2010

El Tiempo Desvivido


En estos tiempos que el que más o el que menos anda preocupado por mantener su trabajo. El primer día de mayo, celebramos el día del trabajador.
Y digo celebramos, por que este día ha perdido cualquier conato ideológico que pudiera tener tiempo atrás y solo nos sirve para disfrutar de unas horas en compañía de los nuestros aparcando por un momento nuestra condición trabajadora.

No deja de ser extraño que para poder vivir mejor, más cómodamente, tengamos que dejar de vivir durante al menos 8 horas al día y entregarnos a unas obligaciones que, la mayoría de las veces, no nos satisface en absoluto.
Encima y por si fuera poco, cada día podemos observar como los trabajadores vamos perdiendo derechos, ganados en muchos casos por nuestros padres y abuelos. La ley del embudo sigue existiendo y el lado estrecho (cada vez más estrecho) siempre queda en las manos del trabajador.

Envidio sobremanera al artista (cualquier artista profesional) al mismo nivel que les admiro. A los deportistas y a los que han conseguido un trabajo vocacional, pues son de los pocos que trabajan en algo que les gusta y por lo tanto, pueden disfrutar haciéndolo.
Esto es lo único que pido para mis hijos. Que cuando sean mayores trabajen en algo que les guste, en algo con lo que disfruten. Son muchas horas las que pasamos laborando y no hay nada mejor que ganarse el sustento haciendo una actividad que te llene.
Pido al cielo (o a quien corresponda) que así sea.

Esta entrada me gustaría dedicárosla a vosotros, los trabajadores. Tanto a los que habéis conseguido, no sin esfuerzo, tener una ocupación que os haga disfrutar, como a los que como yo, solo nos queda maldecir al día por contar con tantas horas desvividas.

Entrada original en La Caraviñeta el 01/05/2009

jueves, 1 de julio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 7)


Desde que se habían casado, hace ya unos años, Paula apenas había tenido que trabajar y había sido Manolo el que había llevado todo el peso económico de la casa, como era de recibo en aquel entonces. No le gustaba que su mujer trabajase, tenía un pensamiento muy cerrado en este sentido, a él esta situación le hacía sentirse menos válido. El no poder mantener a su familia le carcomía por dentro más si cabe que la enfermedad que padecía. Por desgracia para él, no había otra solución. Paula había entrado a trabajar en el servicio de limpieza del hospital 1º de Octubre, esto la ofrecía la posibilidad de, a parte de tener un trabajo con el que poder pagar las facturas, poder estar pendiente de su marido, pues ocupaba ya hacía un tiempo una habitación en dicho hospital. Nunca le había faltado a Manolo en un solo momento, siempre estaba a su lado cada vez que este habría los ojos.

El doctor llamo a Paula. - "La operación ha sido un éxito, su marido pronto se repondrá y podrá hacer una vida casi normal. Hemos tenido suerte de contar con el donante justo en este momento" - le dijo mientras pasaba, despacio, las páginas del informe sujetas a una carpeta. Levantó su vista por encima de las gafas. - "Manolo ha vuelto a vivir Paula".
Paula rompió a llorar, en un llanto silencioso, y abrazó con fuerza al médico que sorprendido devolvió el abrazo y, no me hagáis mucho caso pero creo que, tampoco pudo sujetarse a pesar de su experiencia y alguna lágrima rodó por su rostro.

domingo, 13 de junio de 2010

Aprendiendo a Saber


No hay día que no me sorprenda con mi pequeña y no hay momento que no aprenda algo nuevo a su lado.
Nosotros nos creemos los inteligentes, los que resolvemos sus dudas y, a mi forma de ver, nos volvemos a equivocar.
No hay ser más inteligente que el que se cuestiona el mundo en el que vive, el que se adapta al medio, el que trata de buscar respuestas a todas sus dudas. Y en eso a los niños no hay quien les gane y nosotros, poco a poco, hemos perdido esa capacidad.
Y es curioso que, aunque no lo había abandonado del todo, con mis pequeños a mi lado se han duplicado al menos mis ganas de aprender. Pero ¿A quién se le ocurre esas preguntas?

El otro día estaba mi pequeña observando un hormiguero, tranquila, en silencio, como no suele estar casi nunca. Miraba a las hormigas salir y entrar en éste, de cuclillas, seria. De repente levantó la vista y me miró, en sus ojos intuí que me iba a hacer una de sus preguntas.
- “Papá. ¿Las hormigas son mujeres o hombres?”. No esperaba yo para nada esa consulta. En mi vida, que yo sepa, jamás había tenido esa duda, por lo que no tenía la respuesta segura.
- “Pues… no lo se hija” respondí contrariado - “imagino que…, creo que hay machos y hembras… Lo que si se es que hay una reina que es la que pone los huevos. Es la hormiga más grande del hormiguero y las demás hormigas se encargan de llevarla comida”
-”¿Y por qué papá?” volvió ella al ataque. “¿Porqué solo hay una reina y todos tienen que cuidarla?”
No supe que contestar “Hay veces, hija, que la naturaleza no se puede explicar, hay cosa que…”
No me dejó terminar la frase, no le interesaba una respuesta que nada le resolviera, tenía otra pregunta en la recámara. - “Papá ¿Cómo duermen las hormigas?”
…………………………………………….

¿Las hormigas duermen?
A raíz de esta conversación he hecho un master en hormigas por internet. Me he informado de cuales son las hormigas macho y cuales las hembras (incluso de una clase de hormigas en el Amazonas en la todas sus integrantes son hembras). Me he enterado de cómo duermen, o mejor dicho descansan.
En fin, que estoy esperando sus nueva pregunta.

Una pregunta que seguro me volverá a dejar sin respuesta.
Una pregunta que me volverá a dar la oportunidad de seguir aprendiendo a su lado.

(Este texto, escrito originalmente para La Caraviñeta: http://lacaravinieta.blogspot.com/2009/04/la-secuencia-aprendiendo-saber.html
el día 23 de Abril del 2009, se haría extensible, ahora también, a mi pequeño de 2 añitos)

miércoles, 9 de junio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 6)


Antonia, entró en casa rápidamente, como si sus más de 100 kilos de peso tiraran directamente de sus piernas en lugar de cargarlas y entorpecerlas. Sabía que era mensajera de buenas noticias, y no había otra cosa en la vida que hiciese más feliz a la madre de Paula, como demostraría el resto de su vida, que repartir felicidad por donde pasara: - Paula! Paula! Es Manolo, esta en el teléfono de "ancá" la Zalamea. La Zalamea, aparte de la comadrona, era la única que tenía teléfono en todo el pueblo. Paula dio un bote y salió corriendo hacia la casa de la comadrona, esa misma noche había estado con ella mientras daba a luz a Juan Manuel, su segundo hijo, pero en estos momentos no lo parecía, nadie podría imaginar que la sombra veloz que salía por la puerta era de una "recién parida".
Dejó al pequeño Juan Manuel en brazos de Antonia y corrió, quizás más rápido que nunca, para llegar a la voz de su marido.

- ¿Si? ¿Manolo?

- Que, niña ¿Que tal? - La voz de Manolo se oía débil, apagada. Aunque intentara desmostrar cualquier otra cosa, se notaba sin fuerza.
- ¿Que tal el parto? Y Anabel? Y el pequeño?

- Todo bien Manolo, todo bien. El parto estupendo, muy rápido, como venía más pequeño de lo normal... no ha pesado mucho, pero es fuerte. Dice la Zalamea que él solo saldrá adelante sin ayuda de incubadora ni nada.

- je,je, no se yo a quien habrá salido... ¿Un mes antes de salir de cuentas, no?

- No, no, dos meses, es sietemesino, muuuy delgado, se le notan todos los huesitos... y unos pies... menudos pies tan grandes.

- ¿Osea que ha nacido el 30 de junio en lugar de el 30 de agosto?.... ¿Se puede decir entonces que le falta un verano? - Manolo hizo un intento de risa que se convirtió en un fuerte ataque de tos, su voz se volvió aún más apagada -.... niña, estoy muy mal... espero salir de esta para poder veros y abrazaros, vivir un tiempo más a vuestro lado... ver crecer a los niños...tirarnos en la hierva como el día en el que te conocí... aunque esta vez los cuatro... quiero salir de esta, niña...

- Y vas a salir idiota, ¿Que te crees?. No..no digas tonterias....

- Ayer creí que no llegaba, niña. No tenía dinero ni para una mierda de taxi, todos los vecinos estaban trabajando y, finalmente, tuve que ir al Uno de Octubre en autobus.... vomitando sangre. Creí que no iba a llegar, Paula, creí que no llegaba...

- Tranquilo, ....., en dos días estoy allí. Dejo a los niños con mi madre, como acordamos, y te veo en dos días, ¿vale? ya verás como llega algún riñón compatible, ya verás...........

- No llores Paula, no llores por favor, llegará ese riñón seguro, mientras tanto cuida de mis niños, ¿vale? y háblales mucho de mi. Un beso cariño, te tengo que dejar.

sábado, 5 de junio de 2010

Día de felicidad y lágrima.


Ha pasado el día del padre, todo el día en compañía de mis pequeños. Ha sido un buen día. Un día para meditar, reencontrarme con la vida y soltando alguna lagrimilla, darme cuenta de lo afortunado que soy.

Hoy ha amanecido temprano para mi familia, mi mujer tenía que trabajar y yo quedarme al cuidado de los dos enanos.
A las nueve se ha despertado mi pequeña, me ha dado un gran abrazo y bajito, al oído, como si alguien nos pudiese oir, me ha dicho: "papá tengo un regalo para ti" y corriendo ha ido a por un sobre, perfectamente envuelto en papel de regalo, que escondía en el armario de mi habitación -"Yo te ayudo a abrirlo"- ha dicho mientras destrozada el papel de regalo.
Del sobre he sacado una foto en la que salimos ella y yo, con un marco que ha debido hacer en la guardería. Pero el verdadero regalo llegaría justo en ese momento. Mientras yo estaba con una boba sonrisa mirando aquella fotografía, la pequeña ha empezado a recitar una especie de poesía.

Con su vocecita y sus apenas tres añitos, ha recitado esos versos del tirón, dándole una entonación especial y rompiendo en mil pedazos mi corazón.
Es increíble como unos versos tan simples pueden tener un efecto tan demoledor. Me ha parecido que ni el mismísimo Neruda los podría haber escrito. Me he reconocido en ellos y escuchándolos de su boca, mis ojos se han llenado de orgullo.

No quiero dejar pasar la oportunidad de dejarlos aquí escritos:

Poesía Para Papá
Si voy a cruzar,
la mano me da.
Montando en bici
me sujeta de atrás.
¡Él es el más grande,
él es mi papá!
Si juego al balón
me enseña a chutar.
Subida en sus hombros
me hace volar.
Fuertes son sus besos,
largos son sus brazos.
¡Qué segura estoy
si llamo a papá!


Hoy me siento feliz. La vida, aún reconociendo que en otras cosas no ha sido muy generosa, me ha sonreido dede siempre con la mejor de las suertes. Una compañía envidiable.

Desde siempre, he tenido la gran suerte de rodearme de gente de corazón y la habilidad para ir dejando a un lado a la gente que merece poco la pena.

Empezando por mi familia, mis padres (a los que cuanto más estoy con mis hijos, más los comprendo y quiero), amigos y ahora mis pequeños...
En este momento, me siento rodeado de cariño, afecto y respeto. ¿Hay algo mejor que esto?


Sin duda soy un tipo afortunado.

Entrada original en La Caraviñeta el 19/03/2009
http://lacaravinieta.blogspot.com/2009/03/una-excusa-y-una-lagrimilla.html

Un saludo.

martes, 1 de junio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 5)


Hacía tan solo cuatro meses que había nacido la pequeña Ana Isabel, una niña regordeta y dormilona que se había convertido en la alegría diaria de Paula y Manolo. Pasaban horas enteras apoyados en la cuna mirando como dormía, como cerraba sus manitas y empuñaba el dedo de Manolo en cuanto lo sentía cerca. Se miraban como bobos cuando, después de tocarle un poquito el labio inferior, Ana Isabel, esgrimía una mueca de enfado que poco a poco iba desapareciendo a medida que el sueño profundo la volvía a invadir, o cuando soñando esbozaba una pequeña sonrisa.

Esa mañana estaba resultando perfecta. A Paula le habían confirmado que estaba, nuevamente, embarazada y les habían entregado las llaves del piso en Getafe, un hogar para su familia, una vida nueva que empezaba. Sin embargo no todo iban a ser buenas noticias... hacía ya algún tiempo que el riñón de Manolo le estaba dejando avisos que no había sabido comprender. El cansancio inundaba su cuerpo y sus días, tanto que había tenido que dejar el trabajo de mecánico por las tardes. Hacía meses ya que le costaba orinar y cuando lo hacía, su orín, tenía un color demasiado oscuro. No le había comentado nada a Paula, no quería asustarla, y él se había acostumbrado a vivir con ello, sin darle la importancia que debiera... no se la había querido dar.
Sin embargo ese día el aviso se convirtió en urgente cuando, sin venir a qué, comenzó a vomitar sangre. La primera de las veces siguió sin querer darle excesiva importancia pero no dejaba de vomitar, una vez tras otra, tiñendo de rojo el salón de su nuevo hogar.
Así entro la enfermedad en la casa de Manolo y Paula, con forma de bilis sanguinolienta, y poco a poco, durante bastante tiempo, consiguió hacerse dueña absoluta de sus vidas.

sábado, 29 de mayo de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 4)


Le gustaba sentir el viento golpeando su cuerpo, suavemente, mientras cogía velocidad, le hacía sentirse vivo, libre. Le gustaba pasearse en moto por las calles de Madrid, yendo de una dirección a otra a entregar las cartas.


Gracias a lo aprendido en el servicio militar, donde había formado parte del grupo de mecánicos, había podido encontrar trabajo en correos. Por la mañana se dedicaba a repartir cartas urgentes y a arreglar las motos de sus compañeros, se había convertido en un fuera de serie con las dos tiempos en general y con las Vespas en particular, esto había hecho que encontrara también trabajo por las tardes, reparando motos en una tienda de compra/venta de motocicletas.

Después, terminada su larga jornada laboral, iba a casa de Isi, su hermana, que estaba impartiendo clases en un colegio del barrio del Pilar, para que le ayudara a sacarse el graduado escolar y más tarde, por fin, llegaba a su casa. Una pensión en casa de Lola, a la que todos los inquilinos llamaban Tata, debido al gran trato y afecto que la mujer ofrecía a estos.

Lola repartía cariño sin igual a todos sus inquilinos, como la madre que nunca pudo ser debido a una infección en los ovarios cuando era muy joven.

Manolo saboreaba el puré que La Tata había cocinado esa noche, mientras, contaba a Paula, que no había tardado en reunirse con él en Madrid, las anecdotas del día de trabajo, las cartas que había repartido a personajes ilustres y como se había caido con la moto cuesta abajo cuando un perro (el mejor amigo del hombre y el peor enemigo del cartero) le había cerrado el paso. Entre risas se acerco a ella, la abrazó por la espalda, la besó la mejilla y puso sus dos manos en su vientre, suspiró hondo: - "Dos mesecitos, Paula" "dos meses para ver a nuestra hija" susurro a su oido mientras la cara de ambos se iluminaba.

jueves, 27 de mayo de 2010

El Ladrón de Recuerdos


Del alzheimer. se tiene constancia desde 1906 gracia al trabajo de los psiquiatras Emil Kraepelin y Alois Alzheimer, que dio nombre a la enfermedad.
Afecta a 30 millones de personas en el mundo y cada año se suman 4.6 millones de nuevos casos. Se estima que para 2050 la cifra se elevará a 100 millones de casos.
Los casos, doblan su número cada 20 años.

La enfermedad progresa acabando con las neuronas del paciente de manera progresiva e irreversible.
Juega con el tiempo, dando vueltas al reloj de arena, permitiéndole recordar hechos de épocas más lejanas y borrando los recuerdos más recientes.
Se alimenta de estos, jugando con ellos como un gato juega con un ovillo de lana, llegando al punto, cuando la enfermedad está muy avanzada, que no deja que el paciente reconozca ni a familiares, ni amigos.

Y son los recuerdos la única posesión que tenemos, nos recuerdan lo que hemos sido y nos dictan lo que seremos. Y el alzheimer se encarga de robárnoslos y nos roba el alma, y nos quita nuestra estrella polar.

Como Pasa el Tiempo...


Como pasa el tiempo compañeros, amigos...

Hace tan solo tres añitos nació mi princesa. Fue un 31 de enero, como hoy, soleado.
Recuerdo que pensé que era un día estupendo para su nacimiento, pobre idiota (¿acaso existe algún día malo para que nazca tu hij@?).

Llegamos al hospital por la mañana, Marta, mi mujer, estaba tremendamente gorda y tremendamente hermosa. Teníamos una cita con los monitores a las 13 horas. Sabíamos desde hacía ya algún tiempo que la niña venía de nalgas, por lo que, lo más seguro, es que tuvieran que practicar una cesárea, pero habían dejado pasar el tiempo para ver si la pequeña se daba la vuelta y podía ser parto natural. Después de monitores, los médicos nos preguntaron si estaba bien que la niña naciese ese día. Por supuesto respondimos que si, y así dio comienzo, aún habiendo empezado hace tiempo, uno de los días más felices de mi vida.

Recuerdo los nervios de la espera, no pude entrar en el quirófano, (siendo cesárea y no siendo príncipe, no está permitido) recuerdo el cigarro sobre otro cigarro, recuerdo los pasos largos, la mirada en el suelo. Y por fin, la llamada de los médicos. Todo había salido bien, eran las siete de la tarde, mi mujer estaba recuperándose de la anestesia y podía ver a mi hija.

Era preciosa.
Al verla, he de confesar que se me escaparon dos lagrimillas, las lágrimas más felices y orgullosas que serán capaz de recorrer mis mejillas, lágrimas con sabor a miel, explosión de los nervios contenidos, emoción ante los abrazos y felicitaciones, deuda eterna con Natura.
Una niña preciosa, sentí desde ese momento que la quería como nunca antes había querido a nadie.

Desde entonces tres añitos, parece que fue ayer...

Quería contar este episodio de mi vida por varias razones, posiblemente la más importante es porque quizás el día de mañana mis dos pequeños (del pequeño haré una entrada en su momento, con vuestro permiso) se interesen por lo que aquí escribo y me gustaría que leyesen estas entradas y sepan lo todo que significan para su padre.

Así pues:
Felicidades, pequeña, que sepas que tu padre te quiere con locura.

Entrada de La Caraviñeta el 31/01/2009 con motivo del cumpleaños de mi hija. http://lacaravinieta.blogspot.com/2009/01/como-pasa-el-tiempo.html


Un saludo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 3)


Apenas sabía leer, pero esperaba entusiasmada las cartas que Manolo le mandaba desde Badajoz.

Siempre acompañaba a sus cartas una fotografía nueva, vestido de militar, quizás con compañeros, quizás subido en uno de los tanques que arreglaba. Se le notaba feliz, como no podía ser de otra manera, apenas contaba con 19 años. Paula, sin embargo, parecía cada día más decaida. Las tardes lluviosas de San Sebastian no ayudaban mucho, la lejanía de su tierra y su marido lo hacían demasiado duro a pesar de contar con el apoyo de sus dos hermanas y los maridos de estas. Pese a su trabajo limpiando las casas del dinero, no encontraba acomodo. Estaba deseosa de que su marido se reuniera con ella, aunque fuera allí, en la lluviosa San Sebastián y así participar de la vida y no ser una mera observadora.

Mientras llegaba ese día, se contentaba con mal-leer la frases, llenas de amor y cariño, que Manolo le mandaba desde la lejana tierra extremeña e imaginaba un beso, mientras las olas bañaban sus pies descalzos y la arena de la Concha donostiarra.

Viviendo con Fuerza (part. 2)


El humo espesaba la sala de espera. Manolo no paraba de fumar, los nervios le obligaban a andar sin descanso. Paraba, apenas apoyaba el culo en el asiento, volvía a ponerse en pie como un resorte y se encendía otro cigarro. Algo malo estaba pasando, lo presentía. A los pocos minutos de esta intuición le llamó el médico:

- "Manolo, verdad?". -"si, dígame doctor, ocurre algo? Ha salido todo bien?" preguntó casi tartamudeando.

- "bueno... Eh... Su mujer está bien. Su hijo, sin embargo, no ha sobrevivido al parto. El cordón umbilical se le ha anudado al cuello y... Bueno... No hemos podido..., no, no hemos podido".


Abatido, Manolo dejó caer el cigarro al cenicero de pie que estaba junto a la puerta y cayó derrotado en la silla por unos minutos. Después, pensó en su mujer, respiró hondo, y salió de la sala de espera camino a la habitación en la que Paula miraba al techo con los labios apretados y los ojos tratando de contener las lágrimas. Manolo le puso su mano en la cabeza, suave. Ella esbozó un intento de sonrisa y no se dijeron más......... nada más con palabras.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 1)

Podría empezar por cualquier otro instante en sus vidas. Por como se conocieron en las entrañas de la Extremadura de finales de los 60, por las tardes de vino y risas en los prados cercanos al pueblo, por los bailes en los guateques, por el primer beso... pero son momentos que desconozco pues, aún viendo fotos de estos, nunca se me han sido contados y nunca me he atrevido a preguntar, no me preguntéis el porqué.
Podría hablar del primer "te quiero", de la primera discusión de pareja... de la primera reconciliación, del último beso antes de la despedida, pero ¿quien no tiene estos momentos en su memoria?.

No, no voy a comenzar por ahí, prefiero empezar cuando su vida en común decidió girar, cuando Fortuna les marcó con una cruz escarlata en la espalda, cuando las muchas desgracias y la fuerza que demostraron para acabar con ellas les han convertido en un ejemplo a seguir en este sentido... al menos, para quien esto escribe.
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Prefiero empezar por el momento en el que todo se precipitó.
En el momento en el que supieron que Paula estaba embarazada, exigía la cultura popular, que los jóvenes terminaran uniéndose en matrimonio. Y así lo hicieron, sin fotos que atestiguaran tal unión, ni tal deshonra para la familia, los dos jóvenes se convertirían en marido y mujer hasta que la muerte los separase... O mejor dicho, intentara separarlos, pues ni la muerte pudo vencer las ganas de vivir y de luchar que ambos, aunque nunca les sonrió la fortuna, atesoraron durante toda su vida.
Un saludo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Como Barro Cocido.


El hombre siempre ha necesitado de las religiones, quizás por la necesidad de creer en otra vida, en el valhalla, en el paraíso. Otra vida que más nos ofrezca que la que tenemos, y un intento, a su vez, de darle una explicación y un sentido a esta, pensando que solo se trata de un camino, un aprendizaje o un examen que según actuemos nos llevará al ansiado edén o, en su defecto, al peor de los infiernos.

Pero la mente humana es más frágil que el ala de una mariposa, y utilizando la religión y las ansias de la gente de ganarse esa vida mejor, los humanos hemos intentado dominar la voluntad de nuestros semejantes, tan moldeable como el barro cocido, convirtiendo a nuestra religión de turno, a cuantos más mejor y negándoles la capacidad de distinguir por ellos mismos entre el bien y el mal.

Muchos son los pasajes de La Biblia que son, cuanto menos, cuestionables. Muchos, son los que te hacen pensar si verdaderamente se trata de la palabra de un Dios.
Uno de ellos, quizás el que más, es el que nos habla de Abraham y su hijo Isaac (Génesis 22:1-19): En este, Abraham parte a la región de Moriah junto a su hijo para, tras más de tres días de viaje, ofrecerle en sacrificio al Señor, por petición expresa de este. Cuando Abraham iba a clavar el puñal en el corazón de su hijo, un ángel impidió tal acción, cambiando a Isaac por un carnero y premiando a Abraham por seguir sus órdenes, fueran cuales fueran estas.

Y yo me pregunto, ¿Que clase de dios es capaz de ponerte en la tesitura de elegir entre él o tu propio hijo? ¿Qué dios sobrehumano está tan necesitado de amor y requiere y exige que así se lo demuestres? ¿Qué dios necesita ser tan idolatrado? Pienso que cualquier persona en su sano juicio no dudaría ni medio segundo en salvar a su hijo en detrimento de su fe y pienso, que Dios, de existir este, premiaría tal acción.

domingo, 16 de mayo de 2010

El Ritual

Todas las sociedades preparan el cadáver de alguna manera antes del funeral, una costumbre que parece remontarse hasta el hombre de Neandertal que pintaba a sus muertos de rojo antes de darles la despedida. Dependiendo principalmente de la cultura o religión, el rito ha sido distinto de unos sitios a otros. Así pues el enterramiento es sin duda el más aceptado (Los primeros entierros de los que se tienen constancia son de grupos de Homo Sapiems) pero existen o han existido otros muchos, como, la también muy aceptada, cremación o el embalsamiento (de posible origen Egipcio y que consiste en mediante sustancias químicas mantener el cuerpo del difunto en el mejor estado posible).
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Muchas culturas, de otros tiempos, se ofrecían a la naturaleza en un intento de devolver a esta lo que antes nos había sido prestado por ella. El cuerpo.
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En nuestros tiempos, aún hay culturas donde aún se puede ver ejemplos de este último contacto postmorten del hombre y naturaleza como el conocido como El Funeral Celeste practicado en el Tibet.
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Entrada del 2 de Noviembre del 2008 en
http://lacaravinieta.blogspot.com/2008/11/la-secuencia-la-despedida-el-ritual.html
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Un saludo.

jueves, 13 de mayo de 2010

La Pérdida.


El miedo a la muerte puede ser uno de los sentimientos más racionales, más humanos.
Miedo a no seguir compartiendo momentos con tus seres queridos, a no seguir acompañando a tu pareja, a no volver a charlar y reír con esta o con algún amigo, a no ver crecer a tus hijos y poder disfrutar de ellos cada minuto…

El solo hecho de pensar en ello, resulta aterrador. Es por esto, que cuando una de estas queridas personas nos abandona, el dolor puede ser inaguantable y el sentimiento de vacío, nos llena.
Los "porqués" nos invaden y daríamos parte de nuestra vida por una despedida, dos minutos en los que decirle las cosas que posiblemente en vida no le dijimos y ahora pensamos que deberíamos haber hecho.




Un saludo.

martes, 11 de mayo de 2010

El Peso de la Conciencia.


Hay veces que los recuerdos se convierten en un lastre. Una carga demasiado pesada para cargar solo y demasiado molesta para que alguien ayude a llevarla. Pues solo el hecho de pedir ayuda y revivir los recuerdos la duplica. la hace más pesada, cada vez más pesada…. Y uno termina solo, abatido, incapaz de soportar ese peso y deseando que alguna vez , el remordimiento termine por aplastarlo del todo.
Un saludo.

Me Presento.


Pue si, otro blog... desde luego tendrá este poco que ver con los anteriores...

Será este un blog dedicado a nada, sin ninguna imposición de tiempo y con la única utilidad de colmar mis ansias de escribir, abrirme y comunicarme.

Un blog en el que escribiré de lo que buenamente me pase por la cabeza, reflexiones baratas de un don nadie más.

Posiblemente un blog que poco os puede ofrecer a los que lo visitéis y sin embargo, será una ayuda para quien lo escribe, una liberación. Un blog egoista, si, en el que, por supuesto, estáis invitados a participar con vuestros comentarios si os parece bien.

Un saludo.