jueves, 1 de julio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 7)


Desde que se habían casado, hace ya unos años, Paula apenas había tenido que trabajar y había sido Manolo el que había llevado todo el peso económico de la casa, como era de recibo en aquel entonces. No le gustaba que su mujer trabajase, tenía un pensamiento muy cerrado en este sentido, a él esta situación le hacía sentirse menos válido. El no poder mantener a su familia le carcomía por dentro más si cabe que la enfermedad que padecía. Por desgracia para él, no había otra solución. Paula había entrado a trabajar en el servicio de limpieza del hospital 1º de Octubre, esto la ofrecía la posibilidad de, a parte de tener un trabajo con el que poder pagar las facturas, poder estar pendiente de su marido, pues ocupaba ya hacía un tiempo una habitación en dicho hospital. Nunca le había faltado a Manolo en un solo momento, siempre estaba a su lado cada vez que este habría los ojos.

El doctor llamo a Paula. - "La operación ha sido un éxito, su marido pronto se repondrá y podrá hacer una vida casi normal. Hemos tenido suerte de contar con el donante justo en este momento" - le dijo mientras pasaba, despacio, las páginas del informe sujetas a una carpeta. Levantó su vista por encima de las gafas. - "Manolo ha vuelto a vivir Paula".
Paula rompió a llorar, en un llanto silencioso, y abrazó con fuerza al médico que sorprendido devolvió el abrazo y, no me hagáis mucho caso pero creo que, tampoco pudo sujetarse a pesar de su experiencia y alguna lágrima rodó por su rostro.

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