viernes, 21 de mayo de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 2)


El humo espesaba la sala de espera. Manolo no paraba de fumar, los nervios le obligaban a andar sin descanso. Paraba, apenas apoyaba el culo en el asiento, volvía a ponerse en pie como un resorte y se encendía otro cigarro. Algo malo estaba pasando, lo presentía. A los pocos minutos de esta intuición le llamó el médico:

- "Manolo, verdad?". -"si, dígame doctor, ocurre algo? Ha salido todo bien?" preguntó casi tartamudeando.

- "bueno... Eh... Su mujer está bien. Su hijo, sin embargo, no ha sobrevivido al parto. El cordón umbilical se le ha anudado al cuello y... Bueno... No hemos podido..., no, no hemos podido".


Abatido, Manolo dejó caer el cigarro al cenicero de pie que estaba junto a la puerta y cayó derrotado en la silla por unos minutos. Después, pensó en su mujer, respiró hondo, y salió de la sala de espera camino a la habitación en la que Paula miraba al techo con los labios apretados y los ojos tratando de contener las lágrimas. Manolo le puso su mano en la cabeza, suave. Ella esbozó un intento de sonrisa y no se dijeron más......... nada más con palabras.

2 comentarios:

  1. Me encanta! quiero mas...
    Sigues sorprendiendo con esta nueva faceta. :)

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  2. Gracias Ana.
    Me ayuda.
    Habrá más, bastante más ;)

    Un abrazo

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