lunes, 17 de mayo de 2010

Como Barro Cocido.


El hombre siempre ha necesitado de las religiones, quizás por la necesidad de creer en otra vida, en el valhalla, en el paraíso. Otra vida que más nos ofrezca que la que tenemos, y un intento, a su vez, de darle una explicación y un sentido a esta, pensando que solo se trata de un camino, un aprendizaje o un examen que según actuemos nos llevará al ansiado edén o, en su defecto, al peor de los infiernos.

Pero la mente humana es más frágil que el ala de una mariposa, y utilizando la religión y las ansias de la gente de ganarse esa vida mejor, los humanos hemos intentado dominar la voluntad de nuestros semejantes, tan moldeable como el barro cocido, convirtiendo a nuestra religión de turno, a cuantos más mejor y negándoles la capacidad de distinguir por ellos mismos entre el bien y el mal.

Muchos son los pasajes de La Biblia que son, cuanto menos, cuestionables. Muchos, son los que te hacen pensar si verdaderamente se trata de la palabra de un Dios.
Uno de ellos, quizás el que más, es el que nos habla de Abraham y su hijo Isaac (Génesis 22:1-19): En este, Abraham parte a la región de Moriah junto a su hijo para, tras más de tres días de viaje, ofrecerle en sacrificio al Señor, por petición expresa de este. Cuando Abraham iba a clavar el puñal en el corazón de su hijo, un ángel impidió tal acción, cambiando a Isaac por un carnero y premiando a Abraham por seguir sus órdenes, fueran cuales fueran estas.

Y yo me pregunto, ¿Que clase de dios es capaz de ponerte en la tesitura de elegir entre él o tu propio hijo? ¿Qué dios sobrehumano está tan necesitado de amor y requiere y exige que así se lo demuestres? ¿Qué dios necesita ser tan idolatrado? Pienso que cualquier persona en su sano juicio no dudaría ni medio segundo en salvar a su hijo en detrimento de su fe y pienso, que Dios, de existir este, premiaría tal acción.

5 comentarios:

  1. Mas que el papel de Dios me preocupa el de Abraham, pues al final Dios evita el desastre, pero Abraham hubiera seguido.

    El Dios del Antiguo Testamento es duro y despidado, en el Nuevo T se humaniza.

    Es curioso como todas las grandes religiones se hacen monoteistas practicamente a la vez. Zoroastro, Jesús, Buda, ...

    ResponderEliminar
  2. Cierto, Emilio. El papel de Dios cambia tal y como van cambiando los tiempos, me pregunto si no haría falta en este una nueva revisión.

    A mi sin embargo me sigue preocupando la forma en la que Dios exige el maximo de las atenciones de sus seguidores... Abraham hay muchos, muchos brazos ejecutores, pero a quien hay que vigilar es a la cabeza pensante.

    ResponderEliminar
  3. Yo diría que Dios está hecho a imagen y semejanza de cada cultura. Creo este argumento termina por darte la razón.

    ResponderEliminar
  4. En nombre de Dios se han cometido y se siguen cometiendo las mayores atrocidades. No creo que a lo largo de la Historia haya servido para hacernos mejores como especie, más bien todo lo contrario. Es mejor buscar consuelo en tus semejantes.

    Impacientes Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Y esto tampoco se hace fácil, PAblo...

    Un saludo.

    ResponderEliminar