domingo, 13 de junio de 2010

Aprendiendo a Saber


No hay día que no me sorprenda con mi pequeña y no hay momento que no aprenda algo nuevo a su lado.
Nosotros nos creemos los inteligentes, los que resolvemos sus dudas y, a mi forma de ver, nos volvemos a equivocar.
No hay ser más inteligente que el que se cuestiona el mundo en el que vive, el que se adapta al medio, el que trata de buscar respuestas a todas sus dudas. Y en eso a los niños no hay quien les gane y nosotros, poco a poco, hemos perdido esa capacidad.
Y es curioso que, aunque no lo había abandonado del todo, con mis pequeños a mi lado se han duplicado al menos mis ganas de aprender. Pero ¿A quién se le ocurre esas preguntas?

El otro día estaba mi pequeña observando un hormiguero, tranquila, en silencio, como no suele estar casi nunca. Miraba a las hormigas salir y entrar en éste, de cuclillas, seria. De repente levantó la vista y me miró, en sus ojos intuí que me iba a hacer una de sus preguntas.
- “Papá. ¿Las hormigas son mujeres o hombres?”. No esperaba yo para nada esa consulta. En mi vida, que yo sepa, jamás había tenido esa duda, por lo que no tenía la respuesta segura.
- “Pues… no lo se hija” respondí contrariado - “imagino que…, creo que hay machos y hembras… Lo que si se es que hay una reina que es la que pone los huevos. Es la hormiga más grande del hormiguero y las demás hormigas se encargan de llevarla comida”
-”¿Y por qué papá?” volvió ella al ataque. “¿Porqué solo hay una reina y todos tienen que cuidarla?”
No supe que contestar “Hay veces, hija, que la naturaleza no se puede explicar, hay cosa que…”
No me dejó terminar la frase, no le interesaba una respuesta que nada le resolviera, tenía otra pregunta en la recámara. - “Papá ¿Cómo duermen las hormigas?”
…………………………………………….

¿Las hormigas duermen?
A raíz de esta conversación he hecho un master en hormigas por internet. Me he informado de cuales son las hormigas macho y cuales las hembras (incluso de una clase de hormigas en el Amazonas en la todas sus integrantes son hembras). Me he enterado de cómo duermen, o mejor dicho descansan.
En fin, que estoy esperando sus nueva pregunta.

Una pregunta que seguro me volverá a dejar sin respuesta.
Una pregunta que me volverá a dar la oportunidad de seguir aprendiendo a su lado.

(Este texto, escrito originalmente para La Caraviñeta: http://lacaravinieta.blogspot.com/2009/04/la-secuencia-aprendiendo-saber.html
el día 23 de Abril del 2009, se haría extensible, ahora también, a mi pequeño de 2 añitos)

miércoles, 9 de junio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 6)


Antonia, entró en casa rápidamente, como si sus más de 100 kilos de peso tiraran directamente de sus piernas en lugar de cargarlas y entorpecerlas. Sabía que era mensajera de buenas noticias, y no había otra cosa en la vida que hiciese más feliz a la madre de Paula, como demostraría el resto de su vida, que repartir felicidad por donde pasara: - Paula! Paula! Es Manolo, esta en el teléfono de "ancá" la Zalamea. La Zalamea, aparte de la comadrona, era la única que tenía teléfono en todo el pueblo. Paula dio un bote y salió corriendo hacia la casa de la comadrona, esa misma noche había estado con ella mientras daba a luz a Juan Manuel, su segundo hijo, pero en estos momentos no lo parecía, nadie podría imaginar que la sombra veloz que salía por la puerta era de una "recién parida".
Dejó al pequeño Juan Manuel en brazos de Antonia y corrió, quizás más rápido que nunca, para llegar a la voz de su marido.

- ¿Si? ¿Manolo?

- Que, niña ¿Que tal? - La voz de Manolo se oía débil, apagada. Aunque intentara desmostrar cualquier otra cosa, se notaba sin fuerza.
- ¿Que tal el parto? Y Anabel? Y el pequeño?

- Todo bien Manolo, todo bien. El parto estupendo, muy rápido, como venía más pequeño de lo normal... no ha pesado mucho, pero es fuerte. Dice la Zalamea que él solo saldrá adelante sin ayuda de incubadora ni nada.

- je,je, no se yo a quien habrá salido... ¿Un mes antes de salir de cuentas, no?

- No, no, dos meses, es sietemesino, muuuy delgado, se le notan todos los huesitos... y unos pies... menudos pies tan grandes.

- ¿Osea que ha nacido el 30 de junio en lugar de el 30 de agosto?.... ¿Se puede decir entonces que le falta un verano? - Manolo hizo un intento de risa que se convirtió en un fuerte ataque de tos, su voz se volvió aún más apagada -.... niña, estoy muy mal... espero salir de esta para poder veros y abrazaros, vivir un tiempo más a vuestro lado... ver crecer a los niños...tirarnos en la hierva como el día en el que te conocí... aunque esta vez los cuatro... quiero salir de esta, niña...

- Y vas a salir idiota, ¿Que te crees?. No..no digas tonterias....

- Ayer creí que no llegaba, niña. No tenía dinero ni para una mierda de taxi, todos los vecinos estaban trabajando y, finalmente, tuve que ir al Uno de Octubre en autobus.... vomitando sangre. Creí que no iba a llegar, Paula, creí que no llegaba...

- Tranquilo, ....., en dos días estoy allí. Dejo a los niños con mi madre, como acordamos, y te veo en dos días, ¿vale? ya verás como llega algún riñón compatible, ya verás...........

- No llores Paula, no llores por favor, llegará ese riñón seguro, mientras tanto cuida de mis niños, ¿vale? y háblales mucho de mi. Un beso cariño, te tengo que dejar.

sábado, 5 de junio de 2010

Día de felicidad y lágrima.


Ha pasado el día del padre, todo el día en compañía de mis pequeños. Ha sido un buen día. Un día para meditar, reencontrarme con la vida y soltando alguna lagrimilla, darme cuenta de lo afortunado que soy.

Hoy ha amanecido temprano para mi familia, mi mujer tenía que trabajar y yo quedarme al cuidado de los dos enanos.
A las nueve se ha despertado mi pequeña, me ha dado un gran abrazo y bajito, al oído, como si alguien nos pudiese oir, me ha dicho: "papá tengo un regalo para ti" y corriendo ha ido a por un sobre, perfectamente envuelto en papel de regalo, que escondía en el armario de mi habitación -"Yo te ayudo a abrirlo"- ha dicho mientras destrozada el papel de regalo.
Del sobre he sacado una foto en la que salimos ella y yo, con un marco que ha debido hacer en la guardería. Pero el verdadero regalo llegaría justo en ese momento. Mientras yo estaba con una boba sonrisa mirando aquella fotografía, la pequeña ha empezado a recitar una especie de poesía.

Con su vocecita y sus apenas tres añitos, ha recitado esos versos del tirón, dándole una entonación especial y rompiendo en mil pedazos mi corazón.
Es increíble como unos versos tan simples pueden tener un efecto tan demoledor. Me ha parecido que ni el mismísimo Neruda los podría haber escrito. Me he reconocido en ellos y escuchándolos de su boca, mis ojos se han llenado de orgullo.

No quiero dejar pasar la oportunidad de dejarlos aquí escritos:

Poesía Para Papá
Si voy a cruzar,
la mano me da.
Montando en bici
me sujeta de atrás.
¡Él es el más grande,
él es mi papá!
Si juego al balón
me enseña a chutar.
Subida en sus hombros
me hace volar.
Fuertes son sus besos,
largos son sus brazos.
¡Qué segura estoy
si llamo a papá!


Hoy me siento feliz. La vida, aún reconociendo que en otras cosas no ha sido muy generosa, me ha sonreido dede siempre con la mejor de las suertes. Una compañía envidiable.

Desde siempre, he tenido la gran suerte de rodearme de gente de corazón y la habilidad para ir dejando a un lado a la gente que merece poco la pena.

Empezando por mi familia, mis padres (a los que cuanto más estoy con mis hijos, más los comprendo y quiero), amigos y ahora mis pequeños...
En este momento, me siento rodeado de cariño, afecto y respeto. ¿Hay algo mejor que esto?


Sin duda soy un tipo afortunado.

Entrada original en La Caraviñeta el 19/03/2009
http://lacaravinieta.blogspot.com/2009/03/una-excusa-y-una-lagrimilla.html

Un saludo.

martes, 1 de junio de 2010

Viviendo con Fuerza (part. 5)


Hacía tan solo cuatro meses que había nacido la pequeña Ana Isabel, una niña regordeta y dormilona que se había convertido en la alegría diaria de Paula y Manolo. Pasaban horas enteras apoyados en la cuna mirando como dormía, como cerraba sus manitas y empuñaba el dedo de Manolo en cuanto lo sentía cerca. Se miraban como bobos cuando, después de tocarle un poquito el labio inferior, Ana Isabel, esgrimía una mueca de enfado que poco a poco iba desapareciendo a medida que el sueño profundo la volvía a invadir, o cuando soñando esbozaba una pequeña sonrisa.

Esa mañana estaba resultando perfecta. A Paula le habían confirmado que estaba, nuevamente, embarazada y les habían entregado las llaves del piso en Getafe, un hogar para su familia, una vida nueva que empezaba. Sin embargo no todo iban a ser buenas noticias... hacía ya algún tiempo que el riñón de Manolo le estaba dejando avisos que no había sabido comprender. El cansancio inundaba su cuerpo y sus días, tanto que había tenido que dejar el trabajo de mecánico por las tardes. Hacía meses ya que le costaba orinar y cuando lo hacía, su orín, tenía un color demasiado oscuro. No le había comentado nada a Paula, no quería asustarla, y él se había acostumbrado a vivir con ello, sin darle la importancia que debiera... no se la había querido dar.
Sin embargo ese día el aviso se convirtió en urgente cuando, sin venir a qué, comenzó a vomitar sangre. La primera de las veces siguió sin querer darle excesiva importancia pero no dejaba de vomitar, una vez tras otra, tiñendo de rojo el salón de su nuevo hogar.
Así entro la enfermedad en la casa de Manolo y Paula, con forma de bilis sanguinolienta, y poco a poco, durante bastante tiempo, consiguió hacerse dueña absoluta de sus vidas.